jueves, 19 de noviembre de 2009

Paraguay: Un golpe avisado


Hablar de un golpe contra el gobierno de Fernando Lugo en Paraguay no es ninguna novedad ni descubrimiento periodístico, y eso es gracias a algunos senadores opositores que ya hablan abiertamente de la destitución del mandatario.
Clarín publicó el pasado fin de semana las siguientes declaraciones del senador liberal Alfredo Jaeggli, que pertenece a la banca del Partido Liberal:
“Hay una mayoría cómoda en el Congreso de Paraguay para defenestrar a Lugo vía juicio político por inepto y remplazarlo por el vicepresidente Federico Franco”.
El partido liberal es el aparato político que llevó a Lugo al poder, pero es un partido tradicional que muy pronto se ha pasado a la oposición y ahora quiere ubicar a su vicepresidente en el sillón presidencial.
"Tenemos los votos para sacarlo y tenemos que sacarlo en un término no mayor de seis meses. En un plazo superior será más difícil porque tendrá tiempo de fortalecer los movimientos sociales.”
"Si no se va en este plazo, se va a fortalecer tanto que nos va a costar muchísimo sacarlo, va a tener tiempo de terminar de entrenar a movimientos sociales que vendrán a hacernos el 'corralito' como hacen los bolivarianos, para impedirnos entrar al palacio legislativo".
"No lo podemos manejar. Se niega a realizar los cambios liberales que prometió en su campaña electoral. Hace caso omiso a nuestras recomendaciones. Se burla de nosotros y, bueno, tenemos un liberal que puede reemplazarlo y hacer el gobierno que prometimos en las elecciones".
“Lugo quiere imponer en Paraguay el sistema bolivariano de gobernar al estilo Chávez, Morales, Correa y Ortega.”
"La situación, política, económica y social se deteriora cada vez más, con la suma de la inseguridad y la incompetencia de los que le rodean".
”Lugo tiene dos alternativas: o renuncia o lo echamos.”

Jaeggli no es cualquier senador, es el Presidente de la comisión bicameral del Congreso que estudia el presupuesto para 2010 (cabe destacar que el senado acaba de reducir el presupuesto social en más de un 50 por ciento, lo que podría considerarse como un verdadero golpe económico contra el gobierno).
Esto se publicó el domingo, el martes siguiente, el diario La Nación editorializó:
“Lo que se dice hoy, en la calle, en Paraguay, es que ya no se discute si se hará o no el juicio político contra Fernando Lugo, sino simplemente cuándo será. Es decir que no se le dejan muchas esperanzas al ex obispo cuya gestión amenaza convertir al país en un verdadero caos. Se ha hablado y prometido mucho y no se ha realizado nada, salvo esporádicos intentos de seguir con lo mismo. Ni siquiera supo llevar adelante el negociado de la compra de las tierras de Teixeira, que fue descubierto y detenido en cuestión de días.”
No hace falta aclarar que los medios de comunicación privados apoyan nuevamente el golpismo contra un gobierno progresista en la región, tampoco es ningún descubrimiento.
El mismo día martes pudo verse en las pantallas de Telesur otra declaración muy suelta de cuerpo, esta vez de la senadora Ana María Mendoza de Acha:
“Se tendrían que tratar de visualizar los escenarios que se van a propiciar una vez producida la acefalía, es decir la destitución del Presidente de la República, asumiría el Vicepresidente de la República, y entonces tendríamos que ver cuáles serían los escenarios que se propiciarían”.
La Unasur tiene una buena oportunidad de anticiparse a los hechos y reaccionar preventivamente. Las intenciones de la clase política tradicional paraguaya están a la vista.
Esta vez, la violación de la soberanía popular de los paraguayos, se está cocinando a la vista de todos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Otro hijo de puta nuestro


Cuenta la historia que Franklin Delano Roosvelt, presidente de Estados Unidos desde 1932 a 1945, afirmó en una oportunidad que el dictador proestadounidense Anastasio Somoza “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.
La dinastía Somoza gobernó a Nicaragua durante 40 años con mano de hierro, siempre con el aval de Washington.
Han pasado casi 80 años desde que Somoza le tendió una trampa a Augusto Sandino para asesinarlo cobardemente.
Muchas cosas han cambiado en el mundo desde entonces, pero la política imperial de aliarse a cualquier “hijo de puta” que responda a sus intereses no puede incluirse en el ítem de los cambios.
No es nada fácil poder evidenciar estas afirmaciones de manera contundente, pero la misma historia a veces nos ofrece posibilidades de hacerlo.
El pasado 12 de noviembre, Prensa Latina informaba que la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, “exigió” al presidente afgano Hamid Karzai a erradicar la extendida corrupción en Afganistán y aceptar una mayor responsabilidad por su propia defensa.
Es una declaración casi risueña, si tomamos en cuenta que una semana antes el canciller francés, Bernard Kouchner, había asegurado que Karzai era corrupto pero que a la vez era “nuestro hombre”.
“Karzai es corrupto, ok, la corrupción es endémica en Afganistán…es nuestro hombre, debemos legitimarlo”, afirmó Kouchner en un arranque de sinceridad.
No es un detalle menor, Estados Unidos y sus aliados llegaron a Afganistán prometiendo democracia, impusieron a Karzai a sangre y fuego, luego lo legitimaron con elecciones bajo la ocupación y en agosto pasado le organizaron otras elecciones que los mismos veedores de la ONU declararon fraudulentas.
Decidieron organizar una segunda vuelta para volver a legitimarlo, pero el candidato que debía enfrentar a Karzai se retiró argumentando que no existían condiciones mínimas para permitir unas elecciones limpias.
Pese a todo Kouchner declara que hay que legitimarlo -claro que Hillary Clinton es más inteligente y no se atrevió a tanto-.
Tal vez porque está asesorada por altos funcionarios de la CIA, que según denunció el New York Times el pasado 28 de octubre, mantuvo durante años al hermano de Karzai, Ahmed Wali como personal estable de la agencia.
Ahmed Wali ayudo a la CIA a reclutar paramilitares cerca de Kandahar (la segunda ciudad más grande de Afganistán) y a arrendar una base militar.
El buen hermano de Karzai también es uno de los traficantes de drogas más connotados de Afganistán.
Sobre la relación de los ocupantes con el tráfico de drogas se publicaron unos datos muy interesantes en el Asia Times (que reprodujo Rebelión).
Allí pudimos enterarnos gracias a una nota del periodista M K Bhadrakumar que
el ministro de Lucha contra las Drogas en Afganistán, general Khodaidad Khodaidad denunció que contingentes de la OTAN de EE.UU., Gran Bretaña y Canadá estaban “gravando” la producción de opio en las regiones bajo su control.
El ex director general de la Inteligencia Interservicios de Pakistán (ISI), general Hamil Gul, había afirmado anteriormente que aviones militares estadounidenses estaban siendo utilizados para el narcotráfico en Afganistán. También fuentes rusas bien informadas hicieron comentarios en los medios de que tropas estadounidenses estaban haciendo un próspero negocio en el narcotráfico en Afganistán, ascendiente a cientos de millones de dólares.
Por lo que se puede apreciar, el problema imperial no se circunscribe a apoyar a tal o cuál hijo de puta en determinado país, sino a erigirse en los principales hijos de puta en si mismos.
Suena feo y ordinario, pero se infiere de sus propias consideraciones, y de realizar una apreciación lisa, llana y despojada de hipocresías.

martes, 3 de noviembre de 2009

Obama es un genio


El último viernes leí una noticia cuyo titular me llamó la atención, sobre todo porque la leí en el portal venezolano Aporrea, que se caracteriza por su preocupación en difundir noticias contrahegemónicas. La fuente de la nota de Aporrea era el sitio web del canal Telesur, que también está obligado a difundir noticias contrahegemónicas.
El titular era el siguiente: EE UU: Obama aprueba ley para eliminar gastos de guerra
Y la noticia fíjese como comienza:
El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), suscribió este jueves en la Casa Blanca una ley de defensa por 680 mil millones de dólares para eliminar algunos proyectos de armamento que han resultado costosos y que incrementan los gastos de guerra.

Lo primero: Se me hizo difícil creer que se apruebe una ley de defensa de 680 mil millones de dólares y que paradójicamente esto sirva para “eliminar algunos proyectos de armamento que han resultado costosos y que incrementan los gastos de guerra”. Sin embargo esas cifras no significan mucho si no se comparan con gastos similares de por lo menos, temporadas anteriores.
Ahora vamos a ver como la nota reproduce los dichos de Obama, que nos harán entender cómo esos gastos “eliminan” gastos de guerra:
El mandatario norteamericano aclaró que esta ley elimina proyectos de armas que sólo derrochan fondos, como el caza F-22 de la época de la Guerra Fría, que según críticos, no se adecúa a las necesidades en Irak y Afganistán.
Agregó que los gastos militares innecesarios constituyen "una afrenta para el pueblo estadounidense y para nuestras tropas".
"Aún quedan más batallas, que necesitamos ganar", señaló Obama. "Tomará algo de tiempo cambiar las costumbres de Washington, y un esfuerzo sostenido".
"Cuando el secretario (de Defensa, Robert Gates), y yo nos propusimos erradicar algunos de los proyectos que caían en el despilfarro, hubo mucha gente que pensó que no era posible hacerlo, que estaba segura que íbamos a ser derrotados, que estaba segura que nos iban a arrollar", señaló Obama. "Hoy hemos demostrado que estaban equivocados", agregó.
La norma aprueba en el frente militar, un pedido del presidente Obama por 130 mil millones de dólares, la última asignación para las guerras de Irak y Afganistán.
Por otro lado, la ley limita al Gobierno para efectuar traslados de prisioneros en Guantánamo para ser juzgados en suelo estadounidense sin notificar con 45 días de antelación al Congreso. En este sentido, los presos de esa cárcel no serán puestos en libertad en EE.UU.

Si leemos la nota tal como está podemos creer que el presidente de EEUU anda en una cruzada por eliminar gastos de guerra y hasta podríamos pensar en otorgarle un premio Nobel de la Paz…Hasta parece simpático el endurecimiento de las condiciones legales de los presos en Guantánamo.
Si repasamos las erogaciones de años anteriores en materia de defensa podemos descubrir fácilmente que la línea argumental brillantemente impuesta por Obama no resiste el menor análisis.
Desde 2004 (cuando George W. Bush ya llevaba 3 años de guerra a muerte contra el “terrorismo”) la inflación del presupuesto militar estadounidense fue notable.
Para el ejercicio fiscal 2004 se gastaron 401.3 mil millones de dólares. Cuando Bush se retiró de la presidencia, estipuló un gasto de casi 623.000 millones de dólares, el más grande desde la Segunda Guerra Mundial.
Ahora Obama aprobó 680 mil millones, ¡el más grande presupuesto militar de toda la historia de la humanidad!, pero este no es el titular, sino que el equipo de Obama ha logrado que todos le titulen que Obama aprueba la eliminación de gastos de guerra.
Con esta noticia podemos sustentar cuán justo resultó el Nobel para Obama.
No hubo casi nadie que no critique a Bush por sus exorbitantes gastos de guerra. Pero ahora Obama gasta aún más y los titulares que emiten las agencias internacionales nos dicen que el mandatario elimina gastos de guerra. Notable.