Otro ataque desde un avión estadounidense teledirigido (provocó por lo menos doce muertos), una ofensiva ordenada por el gobierno pakistaní en la zona fronteriza con Afganistán, y una realista y crítica declaración sobre el estado de la guerra en el país asiático por parte del primer ministro canadiense, marcaron la agenda del conflicto este fin de semana.
Stephen Harper, primer ministro candiense dijo ayer que la insurgencia en Afganistán no podrá ser derrotada y que su país no proveerá más tropas sin una clara estrategia de salida.
Harper dijo a la CNN que Afganistán necesita un Gobierno local que pueda manejar la insurgencia y que no sea percibido como instalación extranjera. "No ganaremos esta guerra con sólo quedarnos. Mi propio juicio es bastante sincero, que nunca venceremos la insurgencia", agregó.
Son declaraciones contundentes, si se toma en cuenta que el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, se encuetra en campaña mundial para que los países que participan en la ocupación, acompañen los esfuerzos estadounidenses para controlar el país. El presidente Obama acaba de destinar 17 mil soldados más para combatir en Afganistán.
Canadá se suma a la negativa española en cuanto a la posibilidad de adicionar tropas en el país asiático (la invasión lleva más de 7 años).
En Saragogha, una región con fuerte influencia talibán del lado paquistaní, Estados Unidos volvió a lanzar un bombardeo aéreo, según la versión oficial, el objetivo fue una posición insurgente. El ataque en unaregión del distrito tribal de Waziristán Sur, dejó además otros 14 heridos, según publicó el diario Clarín.
En los últimos meses, aviones estadounidenses no tripulados lanzaron más de 30 ataques contra regiones tribales de Pakistán matando a decenas de insurgentes. El gobierno prooccidental en Islamabad rechaza los ataques y asegura que dejaron varias víctimas civiles y que violan su soberanía.
Pero pese a estas declaraciones, la semana pasada se conoció que los aviones que realizan este tipo de bombardeos, despegan desde bases estadounidenses en Pakistán, y que las operaciones son planeadas desde una sede de la CIA en Islamabad.
Según informó el ejército paquistaní, sus fuerzas lograron expulsar a militantes talibanes en la región fronteriza de Bajour. Sin embargo estas informaciones deben ser tomadas con precaución, pues despachos como estos son habituales y con el correr de los años, se demostró que la resistencia se ha multiplicado., tanto del lado afgano como del paquistaní.
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