El 20 de enero de 2001, George W. Bush asumió la presidencia de Estados Unidos en medio de una batalla legal originada en denuncias bien documentadas de fraude . Si bien su contrincante demócrata, Al Gore, había obtenido 500 mil votos más que Bush, el sistema electoral de ese país sumado al fraudulento accionar republicano en algunos estados claves como Florida, catapultaron al actual presidente a la Casa Blanca.
La invasión a Irak, lanzada en marzo de 2003, ya estaba en la cabeza del presidente estadounidense desde su juramentación. Era el proyecto del Nuevo Siglo Americano, una teroría de dominación ultraconservadora diseñada por sus principales asesores y funcionarios, sus máximos exponentes eran su vicepresidente Richard "Dick" Cheney, Donald Rumsfeld, Condoleezza Rice y Richar Perle.
Dentro de este contexto, el 11 de septiembre, fue la excusa perfecta para lanzar la invasión y derrocar a Saddam Hussein. La imagen positiva de Bush trepó en esos tiempos hasta 90 %. Para la historia quedarán las mentiras que se utilizaron para justificar la guerra.
La invasión fue un duro lastre para la administración Bush, sus soldados no fueron recibidos como libertadores (tal como suponían los halcones del Pentágono). El derrocamiento de Hussein disparó la resistencia contra la ocupación, hasta la fecha 4226 soldados estadounidenses perdieron su vida en Irak. En Afganistán la situación es similar, allí cayeron en combate 638 militares.
En el ámbito económico Bush heredó de Bill Clinton un superavit de 651 mil millones de dólares, mientras que le entregará a Obama un déficit presupuestario récord de 483 mil millones de dólares.
El principal gasto de la administración republicana ha sido la guerra, aumentó un 62 % el gasto en defensa y llevó su presupuesto a casi 700 mil millones, una cifra que supera el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil. Los escándalos por torturas y violaciones a los derechos Humanos acompañaron la gestión. Abú Graib, Guantanamo, vuelos ilegales y el millón de civiles iraquíes asesinados, son parte del legado que deja el actual mandatario norteameticano. En Sudamérica, Bush no pudo derrocar a Hugo Chávez y durante su mandato emergieron líderes contrarios a sus intereses como los presidentes Evo Morales y Rafael Correa. Tampoco logró la aprobación del TLC con Colombia (un asunto que se cansó de repetir, era de seguridada nacional), y tuvo que asistir al "entierro" del Alca en Mar del Plata (2005). Al momento de dejar el poder su imagen positiva es de 23 %, el peor registro en la historia de su país.
sábado, 17 de enero de 2009
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