jueves, 22 de enero de 2009

Pakistán, nuevo epicentro de la guerra contra el terrorismo



Pakistán ganará aún más espacio en la agenda de Washington durante la gestión de Barack Obama. El demócrata ha repetido hasta el cansancio que el centro de la lucha contra el terrorismo está ubicado en Pakistán y Afganistán, donde Al Qaeda y los rebeldes que se oponen a la invasión estadounidense se han fortalecido más que debilitado, por los atroces crímenes cometidos por las fuerzas ocupantes desde el inicio de las hostilidades a fines de 2001.
Estados Unidos y sus aliados de la Otan invadieron Afganistán con el declarado objetivo de destruir al Taliban y capturar vivo o muerto a Osama Bin Laden. No se sabe que pasó con el líder de Al Qaeda, algunos aseguran que sigue trajinando la frontera entre Pakistán y Afganistán, pero nada es seguro acerca del paradero del antiguo asalariado de la CIA (Bin Laden durante la invasión soviética de los ‘80).
La ocupación no pudo lograr sus objetivos, 7 años después, informaciones provenientes de Afganistán, dan cuenta de que un 82 % del territorio de ese país está en bajo control de los talibanes, a quienes supuestamente debían desaparecer del mapa. Esta situación es tan evidente que el gobierno de Hamid Karzai ha tenido que sentarse a negociar con aquellos líderes "terroristas" a los que en un principio se proponía eliminar. El gobierno impuesto por Washington sólo controla Kabul, la capital.
Lo que ocurre en Afganistán no puede entenderse sin tomar en cuenta a Pakistán, y Obama lo sabe.
Ambos países están unidos en su frontera por la etnia Pashtún (a la que pertenecen la mayoría de los talibanes). A la hora de la verdad, los rebeldes afganos encuentran pleno apoyo entre sus vecinos pakistaníes, ya que comparten sociedad, cultura y religión. Armas y combatientes fluyen por las fronteras y sabiendo esto Estados Unidos bombardea periodicamente asentamientos en Pakistán, esto no hace más que multiplicar el arraigado sentimiento antiestadounidense y multiplicar la resistencia.
En los últimos meses, los rebeldes han comenzado a atacar las líneas de abastecimiento de la ocupación afgana en territorio pakistaní.
Aunque la CIA tiene mucha influencia sobre el todopoderoso servicio secreto pakistaní (ISI), la influencia de los talibanes no es menor. El ISI ayudo a organizar a los guerreros santos (Muyaidines) para derrotar a la invasión soviética durante la década de 1980. Desde entonces tienen lazos cercanos.
El gobierno pakistaní es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, pero es evidente que no todos responden a la elite polìtica.
Obama declaró en 2007 que bombardearía objetivos de Al Qaeda en Pakistán sin el consentimiento de Islamabad (su capital), sería el mantenimiento de las políticas implementadas por George W. Bush.
Ayer cumplió su debut en el ejercicio del poder y su primera reunión fue con altos mandos militares. Obama se ha declarado en guerra y Pakistán será su epicentro.

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