domingo, 15 de febrero de 2009

Juegos de guerra


En la era de las comunicaciones, la guerra por los corazones y las mentes no deja de sorprenderme, el periodismo deja de cumplir su función social y entra a batallar, los periodistas jugamos a la guerra, no importa si tenemos ganas de hacerlo o no. Estamos ahí.
En 2007 asistí a una conferencia con el investigador francés Thierry Meyssan, en Caracas. Meyssan es un especialista en temas de inteligencia, y allí nos informó que un periodista de la agencia Reuters asistía diariamente a una reunión en el Pentágono, para pautar la agenda informativa global de la jornada.
¿Será cierto? No es descabellado. La elección de las noticias internacionales que ustedes consumen en los medios orales, escritos y televisivos, proviene mayormente de cuatro agencias: Reuters, AP, AFP y EFE. Son agencias a las que por lo general no les caen simpáticos nuestros procesos de cambio. Ellos nos proveen a los periodistas en todo el mundo de fotos, textos e imágenes para TV. Las imágenes que ustedes ven en CNN, son mayormente de Reuters y AP. Con esas imágenes CNN construye sus noticias y ustedes las ven igualitas en los informativos de las televisoras bolivianas. Reuters también provee de imágenes para prensa a Cambio y al canal Telesur.
Por eso es tan difícil mostrar lo que ellos no quieren que veamos, a menos que Cambio tenga presupuesto para enviarme a Afganistán, yo no puedo mostrarle cómo fue la última matanza de civiles. Si Reuters se reune todas las mañanas con el Pentágono, la foto de la matanza no nos llegará, por lo tanto la matanza no ha existido. Si analizamos los contenidos ofrecidos por esta agencia en las últimas semanas, podríamos pensar que es verdad que maneja la agenda del Pentágono. Una de sus notas titulaba que a Israel sólo le quedaba un año para bombardear Irán y otra nos explicaba la pasión por la reelección que se vive en Latinoamerica. Nunca aparece ninguna que nos explique la pasión por la guerra que tienen los gobiernos estadounidenses. No tengo más espacio, pero el debate es apasionante. Continuaremos.

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