miércoles, 11 de febrero de 2009

La insolencia de la autodeterminación


Hace 30 años Estados Unidos perdió a uno de sus más fieles aliados en Medio Oriente, el Shá de Irán (Mohammad Reza Pahlavi), huyó de su país ante el advenimiento de la Revolución Islámica, liderada por el Ayatolah Ruholla Khomeini. Esos hechos desencadenados el 10 de febrero de 1979, abrieron una etapa de hostilidades entre Estados Unidos e Irán que dura hasta el día de hoy.
En los festejos por el aniversario de la revolución, el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, afirmó que su país está listo para una nueva era de diálogo con Estados Unidos. Ante una multitud congregada en la Plaza Azadi (Libertad) de Teherán, el mandatario manifestó que "la administración norteamericana (de Barack Obama) anunció que quiere cambiar y optar por el camino del diálogo, ese cambio debe ser fundamental y no solo táctico", además de "justo, lógico y basado en el respeto mutuo".
Hace 29 años que Irán y Estados Unidos no tienen relaciones diplomáticas, desde la famosa crisis de los rehenes, cuando en noviembre de 1979, jóvenes islamistas tomaron la sede de la embajada norteamericana en Teherán, para exigir la extradición del Shá y juzgarlo por sus crímenes en Irán. El depuesto monarca se encontraba en Estados Unidos.
La crisis duró 444 días, EEUU estaba en campaña y los republicanos provocaron un prolongamiento del conflicto para mostrar al demócrata Jimmy Carter como un mandatario débil. Una vez en el poder, los republicanos comenzaron a conspirar contra la República Islámica, para ello se aliaron con el presidente iraquí, Saddam Hussein y financiaron la guerra Irak-Irán (con armas químicas incluidas), que en 8 años dejó más de un millón de muertos.
Los intentos por derrocar a la revolución nunca se detuvieron, a finales de 2002, (durante el gobierno de George W. Bush), se constituyó la Coalition for Democracy in Iran (CDI) —que supuestamente cesó sus funciones a mediados de 2005—, que trabajó para estimular que el Congreso de EEUU aprobara resoluciones de condena, originar "cambios en el régimen iraní", así como "promover la democracia" que "construirá un Irán más pacífico y próspero, avanzando hacia los intereses comunes de los norteamericanos y los iraníes".
En 2005, la cadena estadounidense ABC, denunció que su gobierno triangulaba dinero para financiar a Yundullah ("Brigada de Dios"), una guerrilla que se responsabilizó por numerosos ataques al ejercito iraní.
En mayo de 2007, George W. Bush autorizó el uso de acciones encubiertas, de las llamadas operaciones «negras», para que la CIA pueda desestabilizar al gobierno iraní.
Con la asunción de Obama, el discurso beligerante en contra de la nación islámica ha disminuido, pero todavía no ha desaparecido. El vicepresidente de EEEUU, Joe Biden, advirtió este fin de semana que si Irán no abandona su proyecto de armas nucleares y sigue apoyando el terrorismo, tendrá que afrontar "presión y aislamiento".
El ministro de Inteligencia iraní, Hoyyat al eslam Eyei, declaró durante los festejos, que EEUU e Israel están más enfadados que antes por el trigésimo aniversario de la Revolución, pues "no han podido evitar la influencia de su mensaje, y el Irán islámico se erige hoy como una potencia en alza, al contrario de sus deseos."

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