En un mismo día, dos multimillonarias estafas ocupan espacios importantes en la prensa estadounidense. El primer caso es del banquero texano Robert Stanford, quien montó un fraude que alcanza los 9.200 millones de dólares. El segundo podría convertirse en el robo más importante en la historia del país del norte.
La justicia estadounidense ordenó entregar sus registros bancarios a dos militares retirados que manejaron contratos de reconstrucción en Irak durante 2003 y 2004. Los fondos investigados alcanzan los 125 mil millones de dólares (más o menos todo el dinero que produciría la economía boliviana en los próximos 100 años).
Stanford
El banquero, quien ocupa el puesto número 605 en la lista de empresarios más acaudalados dentro de su país y titular del Stanford International Bank, fue acusado por la Comisión del Mercado de Valores en EEUU, la SEC. Según las investigaciones, habría ofrecido tasas de interés improbables y no justificadas a sus clientes (30 mil en 131 países), con lo que logró recaudar unos 8 mil millones de dólares.
La SEC empezó a investigar al grupo Stanford en julio de 2008, a raíz de que dos de sus empleados abandonaran la firma y revelaran que la compañía estaba dando a sus clientes información falsa sobre el rendimiento de los activos. Sus oficinas centrales en Houston fueron registradas el martes por agentes federales. La firma asegura que gestiona unos 50.000 millones de dólares.
"Estamos denunciando un fraude de sorprendente magnitud, que ha extendido sus tentáculos por todo el mundo", señaló ayer una ejecutiva de la SEC.
Esta estafa se produce dos meses después de que estallara el mayor escándalo financiero en la hiistoria de Wall Street, en el que el accionista Bernard Madoff, fue detenido por un agente del FBI acusado de estafar a sus clientes (entre los que se encontraban bancos, aseguradoras, fundaciones y personas naturales).
El modo de funcionamiento de estos estafadores millonarios lo explicó el consultor financiero Isaac Cohen en el diario El País de Madrid: "El alza de la Bolsa y de la vivienda ha permitido todos estos años ocultar muchos errores de gestión. El dinero que ingresaba, Bernard Madoff lo usaba para pagar a algunos de sus clientes. Y cuando dejó de entrar dinero se cayó la escalera. Se quedó sin ingresos para cubrir con las obligaciones".
Irak
La cantidad de dólares desviados de la teórica reconstrucción de Irak no está debidamente documentada, pero el último escándalo que implica al coronel (R) Anthony Bell y al teniente coronel de la Fuerza Aérea Ronald Hirtle, podría ser superior al de Madoff, según lo publicado por el periódico inglés The Independent.
El diario cubano Granma dio a conocer ayer que el Inspector General Especial de EE.UU. para la Reconstrucción de Irak (SIGIR, según su sigla inglesa) ya descubrió el envío de 57,8 millones de dólares en efectivo al supervisor estadounidense responsable de la zona centro-sur iraquí, Robert J. Stein Jr., quien incluso se habría fotografiado junto a los billetes.
Stein Jr. es parte de un pequeño grupo de funcionarios y militares investigados de estafa y blanqueo de dinero. No se sabe con exactitud cuánto dinero falta, pero según un informe del SIGIR la estafa puede superar los 50 mil millones de dólares.
No es la primera vez que militares estadounidenses aparecen implicados en casos de corrupción relacionados con la reconstrucción del país árabe.
El traficante de armas Dale Stoffel (asesinado en Bagdad en 2004), gozaba de un regimen de inmunidad a cambio de información por haber denunciado que decenas de miles de dólares fluían en cajas de pizza y eran entregados en secreto en las oficinas de contratistas estadounidenses en Bagdad, y pagos hechos en bolsas de papel que eran repartidas en puntos de entrega de la Zona Verde.
Dale Stoffel entregó datos sobre las oficinas donde los dos oficiales trabajaban, fue beneficiado con inmunidad y luego apareció muerto. La historia fue reseñada por el New York Times en Estados Unidos.
El matutino Los Angeles Times difundió el 19 de abril de 2006, que Kimberly Olson, una de las primeras mujeres piloto y coronel de la Fuerza Aérea, fue acusada ante un tribunal militar por utilizar su posición como segunda comandante de Jay Garner para adueñarse de tres millones de dólares en contratos de una empresa privada de seguridad con la que estaba asociada.
Garner, un general retirado convertido en contratista del Ejército, fue el primer administrador estadounidense de Irak tras la invasión.
El 23 de octubre de 2007, la BBC de Londres publicó que el Departamento de Estado le dio 1.200 millones de dólares a la empresa estadounidense DynCorp para proporcionar viviendas, comida, armas y entrenamiento especializado a la policía iraquí. Pero según reveló posteriormente una auditoria, parte del dinero se gastó en la adquisición de un escáner de Rayos X valorado en 1,8 millones que nunca se utilizó, en la compra de 20 furgonetas valoradas en 4 millones, y en la construcción de una piscina de tamaño olímpico.
Paramilitares en Bolivia
Uno de los directivos de la DynCorp es el ex director de la CIA, James Woolsey. Esta empresa se especializa en brindar servicios militares; fue creada tras la segunda guerra mundial y realizó operaciónes contrainsurgentes en la mayoría de los países en los que EEUU se involucró militarmente (Vietnam, El Salvador, Colombia).
Sus actividades paramilitares incluso han afectado al territorio boliviano durante la época de los gobiernos neoliberales aliados de Washington. Según publicaba la propia página de la DynCorp en 2002, desde el año 1991 la empresa era responsable por mantenimiento de aviones, entrenamiento de pilotos, tripulación de aviones y operaciones mundiales del Programa Internacional Antidrogas del Departamento de Estado. "Con el fin de reducir el flujo de drogas de fuentes extranjeras, el programa en colaboración con los gobiernos colombiano, boliviano y peruano usa la erradicación aérea y manual de la cosecha de drogas".
Prácticamente, la totalidad de los ingresos de esta empresa provienen de organismos dependientes del gobierno estadounidense como el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado, el FBI, la DEA, el ejército y el Pentágono. Gran parte de sus 23 mil empleados son ex militares.
Comentario
Estos escándalos millonarios producidos en el seno de la sociedad estadounidense, demuestran dos aspectos importantes. Por un lado la necesidad de combatir el capital especulativo y establecer mecanismos de control más estrictos para el mercado (algo que fue discutido por los ministros de Economía de las principales potencias en su reunión de la semana pasada en Roma).
El caso de Irak sea acaso más cínico que el de las estafas económicas, evidencia un sistema que invade territorios, destruye la infraestructura del invadido y luego encarga la reconstrucción a los mismos responsables de la destrucción. Para empeorar las cosas, el dinero de los contribuyentes estadounidenses que el gobierno invierte en la reconstrucción (sólo en 2007-2008 fueron más de 250 mil millones de dólares) es desviado a las empresas de sus militares amigos que no cumplen con su cometido y se apropian de los recursos públicos.
Lo más grave es que para perpetrar esta monumental estafa, en 6 años asesinaron a un millón de iraquíes (La Paz completa).
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